Siempre se habla de ayudar al medio ambiente, reducir nuestro consumo de energía y ahorrar, pero para poder cuidar al planeta, primero debemos aprender a aprovechar nuestra propia energía.
¿Sabías que el cuerpo humano puede llegar a gastar casi 1.500 kilocalorías en acciones tan simples como dormir, respirar o hasta bombear nuestra propia sangre? Pues sí. Y es que, si solamente haciendo acciones vitales ya consumimos estos niveles de energía, imagina lo que podemos a llegar a consumir a conciencia.
Cabe recordar que siempre que consumimos nuestra propia energía, debe existir cierto balance energético y por consecuencia, cuidarlo. Es positivo tener el conocimiento necesario para distribuir la energía que consumes en tu día a día y aprender a usarla para beneficiar tu cuerpo de la misma forma.
Para tener en cuenta dicho balance energético, te aportamos ciertos consejos para que tu cuerpo se sienta lleno de vitalidad y energía:
- Es vital practicar ejercicio. El deporte es la mejor opción para sentirte lleno de energía. Cuando ejercitas tu cuerpo, ya sea practicando algún deporte de balón, corriendo, saliendo a andar, en bicicleta o hasta nadar, puede llegar a suponer el consumo de hasta 450 Kcal en una sola hora de deporte (todo depende del peso y edad de la persona).
Encontrar el tipo de deporte que más te conviene y disfrutarlo mientras lo practicas, puede ser la mejor opción para equilibrar tu energía.
- Evitar estar siempre sentado. Es costumbre que cuando llegamos a un sitio y tengamos que esperar, nos sentemos. El sedentarismo provoca que nuestra energía se desperdicie. Si tu lugar de trabajo te obliga a permanecer sentado durante un largo periodo de tiempo, al finalizar tu jornada, debes intentar evitar sentarte durante un tiempo.
Ponerte de pie supone gastar 2Kcal/Kg hora, más que cuando se está uno sentado.
- Subir y bajar las escaleras siempre que puedas. Si tienes ascensor en casa o en el trabajo, evita usarlo. Subir y bajar las escaleras todos los días implica un ejercicio extra que tu cuerpo acabará agradeciendo. Es una forma muy beneficiosa de ponerte en forma, aunque si vives o trabajas en un doceavo, entonces ya te lo piensas.
- Ir caminando o en bicicleta a tus destinos. Aunque vayas tarde y quieras coger un taxi o el transporte público, a la larga tu cuerpo agradecerá llegar unos minutos más tarde si has ejercitado tu cuerpo durante el camino. Caminar al trabajo o ir a la tienda a comprar en bicicleta, puede llegar a suponer perder hasta 4 Kcal/Kg la hora y, si lo haces a un buen ritmo, mayor será la energía que consumas.
Y es que al igual que ocurre con las energías renovables, la energía se consume y se vuelve a recuperar.
Así que no dejes de tomar conciencia de tu propia energía y de su funcionamiento. Es una buena manera de entender mejor cómo funciona la propia energía que consumimos más allá de nuestro cuerpo.
Tener cierta constancia de nuestro balance de energía, supone un mayor beneficio saludable tanto para nuestro cuerpo como para el medio ambiente.
¿Te ayudamos?