La electricidad es, teóricamente, un conjunto de fenómenos físicos que se relacionan con la presencia de descargas eléctricas. Todo lo que conlleva la electricidad, está directamente relacionada con la ciencia. La humanidad tenía ya conocimiento sobre la electricidad mucho antes de que se realizara cualquier estudio.
Aunque su verdadero estudio, comenzó a partir de los siglos XVII y XVIII, donde a finales del XIX, empezó a utilizarse la electricidad como uso doméstico y en las calles, sustituyendo las velas y los quinqués. La electricidad es uno de los ejes de la humanidad que ha viajado de continente a continente hasta llegar a nuestros días.
Después del descubrimiento de los egipcios, en la Edad Moderna, grandes pensadores como William Gilbert o Benjamin Franklin, aportaron también su grano de arena con distintos estudios y demostraciones del poder y eficacia que tenía la electricidad. Este último, a partir de la naturaleza eléctrica de los rayos. Gracias a su descubrimiento y avance, la electricidad fue uno de los puntos clave que inició la Segunda Revolución Industrial.
Hoy en día, podemos encontrar electricidad a donde quiera que vayamos. En cualquier casa, tienda, restaurante, cine, oficina, etc. Sea donde sea, la electricidad formará parte del lugar. Es conveniente saber que la electricidad es una energía secundaria, no la podemos recoger directamente de la naturaleza como hacemos con otras energías como la hidráulica o la biomasa.
Los rayos proporcionan grandes cargas eléctricas que permiten potenciar esta energía, pero, al contrario de las demás, la electricidad es imposible de almacenar. Por esa razón, la electricidad se puede obtener a partir de las demás energías primarias como el petróleo, la eólica, la solar, el gas natural, entre otros.
Una de las principales energías primarias es el petróleo que se usa principalmente en las centrales termoeléctricas, que pueden generar electricidad a partir del calor.
También, la electricidad puede nacer a partir de fuentes limpias como la energía eólica. Este tipo de energía que se obtiene a partir del viento, se produce con el trabajo de los molinos eólicos, con turbinas que tienen la función de generar la electricidad.
Este método, al contrario de las centrales nucleares y termoeléctricas, es mucho más limpio al igual que la solar y la hidráulica, por eso tiene un menor impacto en el medio ambiente y es algo que se debe tener en cuenta a la hora de producir y obtener electricidad.
Gracias a la electricidad, hoy en día podemos hacer acciones como desplazarnos por medios de transporte gracias a la energía mecánica e iluminarnos a través de bombillas y lámparas.
Hay que pararse a pensar que cada vez más, toda la energía que vamos utilizando en nuestro día a día es eléctrica. Necesitamos la energía eléctrica para poder hacer lo que hacemos a diario; ya sea calentarnos una taza de café, tostarnos el pan, ver un rato la televisión o cargar nuestro teléfono móvil.
Sin electricidad hoy en día, no somos nada y todo esto, se lo debemos a los primeros historiadores, físicos y pensadores que poco a poco fueron descubriendo el poder que tenía esta energía y enseñarnos a cómo debemos aprovecharla a partir de lo que nos aporta la naturaleza.